En Bilbao estamos en un tiempo de afecto y recuerdo. Las entidades y personas que ocupamos el edificio de la calle Simón Bolívar así lo vivimos. Hace unos días hemos tenido la oportunidad de agradeceros a las Apostólicas vuestra larga presencia en esta ciudad y el legado reflejado en este edificio tan emblemático del centro.
Un edificio, que a partir de ahora queda bautizado como “Apostólicas Etxea”, en el que sois vosotras las anfitrionas, porque es vuestra casa real, emocional y simbólica. Lo sois y lo seguiréis siendo, aunque vuestra presencia en Bilbao haya llegado ya a su fin.
Estos días, y especialmente durante el acto de despedida, han querido ser una expresión de memoria. Memoria que está viva cuando no es posible olvidarla porque nos habla del presente y del futuro. Memoria que ocupa un lugar en nuestros corazones (recordar es volver a pasar por el corazón) porque está llena emociones, recuerdos agradecidos y deseo por seguir buscando. Vosotras, las Apostólicas del Corazón de Jesús en Bilbao, sois protagonistas de nuestra memoria agradecida.
Uno de los capítulos del libro sobre Luz Casanova de vuestra compañera Pepa Torres se titula “mimbres que tejen historia”. Es una expresión que nos sirve para contaros que vuestra historia y la nuestra ha quedado definitivamente tejidas:
- Porque sois y habéis sido mimbres por y para Bilbao, mujeres valientes que habéis sido iglesia y habéis sido pueblo, protagonizando una vida de presencia frente al contexto patriarcal de la sociedad que encontrasteis y de la misma Iglesia en la que vivíais.
- Porque sois y habéis sido mimbres desde lugares como el centro de Bilbao, el barrio de Indautxu, o el barrio de Uretamendi, en las faldas de las montañas de la ciudad, donde quedan mujeres y hombres que hablan de vuestra presencia, trabajo y afecto.
- Porque sois y habéis sido mimbres dejándoos afectar por las realidades de pobreza y exclusión en Bilbao, promoviendo la atención y el cuidado de las familias y personas más vulnerables.
- Porque sois y habéis sido mimbres, reflejo fiel de las ganas emancipadoras que Luz Casanova entregó al mundo con la Congregación de las Apostólicas. Ganas de una liberación que es faro y guía de vuestro trabajo y actuación desde una época en la que el empoderamiento de las mujeres no sólo no estaba presente si no que nada hacía pensar en su visibilidad.
Hoy vuestro edificio en Bilbao, como signo tangible de la presencia que habéis tenido aquí, quiere mantener el espíritu fundacional y recoger el carisma de Luz Casanova. Es ahora nuestra responsabilidad y nuestro compromiso con vosotras:
- Apostólicas Etxea es y quiere ser un espacio que mira hacia fuera, hacia la calle y lo que les ocurre a las mujeres y hombres de hoy, con un profundo sentido de aporte y contribución a la sociedad de hoy y de mañana.
- Apostólicas Etxea es y quiere ser la herencia de un nombre, el de las “Apostólicas del Sagrado Corazón”. Nombre que, como se cuenta en los libros, Luz Casanova llegó a crear después de mucho pensar y que una vez ideado ella lo relacionó directamente con palabras como libertad, misión, inspiración, envío.
Quienes nos quedamos en Bilbao sólo nos queda daros las gracias por haber mantenido vivo este legado, por haberlo trasmitido y por vuestro esfuerzo, decisión y atrevimiento para darle un futuro más allá incluso de vuestra presencia física como congregación. Sabéis que aquí, en Bilbao, tiene todo su sentido. Vuestro carisma se llena, una vez más, de realidad, de tierra, de camino.
Gracias por haber estado y por seguir estando. Gracias a quienes habéis pasado por aquí, a vuestras hermanas que durante tanto tiempo hicieron de Bilbao su casa. Y a todas las demás que han tenido a esta ciudad y su realidad como un lugar de referencia. Sabemos que seguís guardando esta tierra en vuestro corazón, allá donde estéis. Sois parte de esta historia creada por Luz Casanova para Bilbao. Ahora toca a quienes nos quedamos aquí seguir escribiéndola…