Las Apostólicas en Bolivia sentimos la invitación permanente a hallar a Dios en la realidad de este pueblo, en los contextos más excluidos.
Nuestra presencia en este país se desarrolla a través de una única comunidad (El Alto), desde donde atendemos varios proyectos. En medio de la cultura del beber, el maltrato intrafamiliar, la violencia juvenil y el duro trabajo que realizan las mujeres en la venta ambulante, descubrimos los signos de Vida que están preñando de posibilidad este país y esta cultura: mujeres trabajadoras y valerosas, jóvenes resilentes, cultura que sabe agarrarse a la Vida con su danza y con su canto...
En Bolivia las Apostólicas tratamos de ser una comunidad acogedora, una comunidad orante y una comunidad implicada y comprometida contra la injusticia, desde el sentido de pertenencia que nos da el formar parte del cuerpo amplio que es la Congregación.
Disfrutamos de las relaciones gratuitas y fraternas que nos da el ser “casa abierta”, pues entendemos que vivir la comunión es también vivir en misión. Además, sentimos que la realidad de Bolivia nos desafía a vivir con hondura y radicalidad las opciones que tomamos hace tiempo.